Noto como un ruido atronador estalla en mi cabeza. Por unos segundos, el dolor es insoportable, pero poco a poco se vuelve más leve. Mis piernas dejan de responder, pierdo el equilibrio y caigo al suelo. Casi no llego a notar el golpe al caer. No entiendo qué me está pasando, solo consigo ver un charco de sangre que se extiende a mi alrededor. Cada vez hay más sangre.

Los sonidos se vuelven lejanos. La visión, borrosa. Aún así, consigo diferenciar unas botas marrones que se acercan apresuradamente a mi posición. El hombre se arrodilla ante mí. Mediana edad, ojos azules, cabello cano. No lo reconozco. Es lo último que veo antes de que la visión desaparezca por completo y la oscuridad me envuelva en una absoluta negrura.

—¡Mierda! No era ella… — exclama el hombre mientras todo mi cuerpo se apaga.


Foto de Tim Grundtner: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-en-vestido-blanco-cayendo-sobre-piso-de-concreto-gris-3856635/